martes, agosto 24, 2010

Los trastornos alimenticios



Es muy importante estar conscientes del rol que desempeñan nuestras sociedades. Diariamente nos vemos presionados por encajar socialmente en aquellos moldes que nos imponen como “ideales de belleza” y que nos afecta incluso desde la infancia.
 
 
Esto podría desencadenar en trastornos que conocemos como anorexia y bulimia, los cuales tienen como factor común, convertir la comida en la fuerza que controla sus vidas.

En la actualidad se puede hablar de adicción a la comida, donde se evidencia el consumo incontrolado de alimentos, el cual estaría acompañado de síntomas del síndrome de abstinencia, como la ansiedad e irritabilidad cuando se deja de consumir. 

En  el cerebro hay vías comunes que son las responsables de la sensación de placer derivada del consumo de sustancias como pueden ser los alimentos y las drogas, así como conductas como el sexo, gimnasia, videojuegos o internet. 

Refiriéndonos exclusivamente a la comida, tenemos que el consumo excesivo y repetido de azúcar puede sensibilizar los receptores cerebrales a la dopamina, una sustancia que se produce en el cerebro cuando experimentamos placer, de modo similar a lo que ocurre al abusar de drogas. Los estudios realizados en personas mediante técnicas de neuroimagen, permiten ver imágenes de la estructura y el funcionamiento del cerebro e indican que existen similitudes entre la respuesta fisiológica que se produce en anticipación a una comida apetitosa y al abuso de drogas ya que se libera dopamina en las mismas regiones cerebrales.

Clinicamente, existe un intenso deseo de consumir un alimento o tipo de alimento en particular y al que resulta difícil resistirse. Finalmente se produce el “atracón” durante el cual existe una total pérdida del control y se consumen grandes cantidades de comida en un período muy corto de tiempo, posteriormente viene un periodo de sentimientos de culpa y arrepentimiento, generalmente se producen conductas purgativas como lo son inducirse al vómito, consumir, laxantes o hacer excesivo ejercicio físico. 
 
La palabra bulimia significa hambre de buey y procede del griego boulimos (bous: buey; limos: hambre). Este trastorno aparece a finales de la adolescencia, a diferencia de la anorexia que aparece a comienzos de esta etapa. Se caracteriza por un apetito voraz que obliga a quien la padece a comer en exceso en determinadas ocasiones.



Los trastornos de la alimentación pueden causar problemas cardíacos y renales, e incluso la muerte. Es importante obtener ayuda a tiempo.
Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de tener trastornos de la alimentación. Suelen comenzar en la adolescencia y con frecuencia se presentan con depresión, trastornos de ansiedad y abuso de drogas.
El tratamiento es interdisciplinario e incluye supervisión y tratamiento por parte de un médico especialista en psiquiatría otro especialista en nutrición y acompañamiento psicológico.  Como en todas las adicciones se trabaja en “redes”, esto significa que se cuenta con el apoyo de familiares y amigos para sobrellevar el tratamiento y mantenimiento posterior.

Orthorexia: La otra cara de la moneda

Todas las conductas extremas son perjudiciales para la salud, ya vimos las consecuencias fatales de comer en exceso y de no comer.

También es perjudicial para la salud comer inadecuadamente como por ejemplo el consumo excesivo de grasas y llevar una vida poco saludable sin práctica de ejercicios, el otro lado de la moneda es la orthorexia o adicción a la comida sana cuando esto se vuelve patológico y se convierte en una obsesión. 

Estas personas nunca comerán un alimento del que no tengan garantía que sea sin aditivos, que no sea ecológico o que contenga pocas calorías. También son personas, a menudo, obsesionadas por las ondas de los teléfonos móviles y de los hornos microondas. La ropa debe de ser exclusivamente de origen natural y el practicar deportes cada día es una obligación ineludible. Además, no se relacionan con casi nadie que no esté también en su mismo ambiente de preocupación por la salud. Consumen suplementos naturales para curar o prevenir todos los males, entre otras substancias que hacen que su vidda gire en torno a eso, volviendose patológico.

Por es recomendable llevar una vida equilibrada y saludable, crear buenos hábitos alimenticios y fomentar la práctica de algún deporte, siempre en familia.

jueves, agosto 12, 2010

El espejo que miente: la anorexia




“Lo único que tengo es exceso en todo mi cuerpo. Tengo los dedos gordos. Tengo las muñecas gordas. Mis ojos son gordos (¿Puedes imaginar ojos gordos?)”  
Woody Allen, Cuentos sin plumas, P. 79.

La anorexia es un tipo de Trastorno de la Conducta Alimentaria, uno de los problemas de la anorexia, sin lugar a dudas es enfrentarse al espejo y es que traslada a la persona a un mundo de inseguridad y miedo, sienten terror de aumentar de peso y viven una eterna búsqueda inalcanzable de delgadez, acompañado por una percepción distorsionada y delirante de su cuerpo, todo esto puede actuar como una bola de nieve que avanza sin rumbo y cada vez se hace mas grande, hasta volverse en una situación insostenible tanto como para la paciente como para la familia.
Se puede “googlear” y encontrar un sinnúmero de fotografías de mujeres con cuerpos esqueléticos, casi cadavéricos y su mensaje de alerta solo llegará a los padres de una potencial víctima de esta enfermedad, a la víctima no llegará jamás ya que se trata de una enfermedad psiquiátrica, cuyo origen está en el cerebro. 
Esto hace que el tratamiento sea tan complejo, se necesita de un equipo interdisciplinario donde actúen conjuntamente un médico psiquiatra especialista en el tema, un psicólogo de la escuela psicoanalista y otro de la escuela cognitivo conductual y un médico especialista en nutrición todos trabajando juntos en beneficio de la paciente.
Dado que la mayoría de las personas que padecen de esta enfermedad no buscan ayuda, es necesario informar a los padres, familiares y amigos para que estén pendientes de lo determinados signos de alerta, tales como:
  1. Iniciar  una disminución de su peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos, generalmente al principio suspenden los carbohidratos, luego las grasas, las proteínas e incluso los líquidos, llevando a casos de deshidratación extrema.
  2. A estas medidas se le pueden sumar otras conductas asociadas tales como el uso de diuréticos, laxantes, purgas, vómitos provocados o realizar ejercicio físico en exceso.
Si usted sospecha que su hija adolescente puede estar comenzando un problema de anorexia:
  1. Llévela a un médico psiquiatra especialista en el tema para que evalúe su caso y les brinde ayuda.
  2. Los padres deben dedicarle un tiempo al dia donde compartan juntos le hablen y la acaricen
  3. Los padres deben bajar el nivel de exigencia, orden y rigidez.
  4. Hay que referirse a ella exaltando los aspectos positivos de su persona y no comentar su problema con terceros en su presencia.
  5. Remarcarle sus valores femeninos
  6. El padre debe postrarle a su hija su lado femenino, esto es su sensibilidad, intuición, afectividad, etc.
  7. La madre debe hablarle a su hija de su pase de niña a adolescente y de adolescente a adulta, evitando comentar de los miedos a la menstruación y a las relaciones con los chicos.
  8. Hacer de las comidas momentos agradables en familia, crear habitos como por ejemplo simpre almorzar juntos en la mesa y quedarse si es posible juntos después de comer haciendo alguna actividad creativa con ella.
  9. Modificar algua rutina del dia que tenga algún cambio favorable para que cognitivamente aprenda que los cambios pueden traer cosas buenas.
  10.  Darle responsabilidades para que sienta que ella tiene el control de algunas cosas
Estas son solo algunas pautas recomendables cuando se detecta a tiempo esta enfermedad, tenemos que comprender que la anorexia es una enfermedad grave que puede llevar a la paciente a la muerte, es por esto la importancia de la consulta temprana con un especialista.

Neurobiología

Las sustancias psicoactivas activan la vía dopaminérgica mesolímbica, aunque cada una lo haga a través de diferentes mecanismos.

La vía dopaminérgica mesolímbica está situada en una zona del cerebro conocida como mesencéfalo y es el sistema más implicado en la capacidad de las sustancias psicoactivas para producir dependencia.

Los cuerpos celulares de estas neuronas envían proyecciones hacia regiones del cerebro implicadas en la emoción, el pensamiento, la memoria y la planificación y ejecución de los comportamientos.

El núcleo accumbens es una zona del cerebro muy importante que está implicada en la motivación y el aprendizaje y en el señalamiento del valor motivacional de los estímulos. Las sustancias psicoactivas aumentan la liberación de dopamina en el núcleo accumbens y se cree que esto es un acontecimiento importante en el reforzamiento.

Se ha demostrado que la vía dopaminérgica mesolímbica está muy implicada en los procesos motivacionales; esto significa que el cerebro concede especial importancia a los estímulos reconocidos como importantes para la supervivencia.

La motivación consiste en la asignación de recursos atencionales y conductuales a los estímulos en función de sus consecuencias previstas.

Los incentivos son estímulos que provocan una respuesta en función de sus consecuencias previstas.

En la dependencia, las sustancias psicoactivas activan repetidamente los sistemas motivacionales del cerebro que normalmente, son activados por estímulos importantes como la comida, el agua, el peligro y la pareja.

Con el consumo crónico de Marihuana esta descrito el "Sindrome amotivacional" donde la persona pierde el ineteres por la vida.

Adicciones, aprendizaje y conducta

El desarrollo de la dependencia puede considerarse como parte de un proceso de aprendizaje, en el sentido de que las interacciones entre las sustancias psicoactivas y los entornos asociados a ellas producen cambios de conducta perdurables.

Los estímulos asociados con la comida, el agua y la pareja, activan vías específicas y refuerzan comportamientos que llevan a la consecución de los respectivos objetivos.

Las sustancias psicoactivas activan artificialmente estas mismas vías, pero de forma muy intensa, produciendo un aumento de la motivación para continuar con este comportamiento.

Así pues, la dependencia es el resultado de una interacción compleja de los efectos fisiológicos de las sustancias sobre zonas cerebrales asociadas con el placer, la motivación y la emoción, combinados con el aprendizaje sobre la relación entre las sustancias y las señales relacionadas con ellas.

miércoles, agosto 11, 2010

Neurobiología y conducta

El cerebro es engañado por las sustancias, que lo llevan a responder como si estas y los estímulos asociados a ellas fueran biológicamente necesarios.

A medida que la exposición se repite, la asociación se hace cada vez más fuerte y produce una respuesta conductual y neuroquímica cada vez mayor. Esto se conoce como sensibilización al incentivo, y consiste en el hecho de que las sustancias psicoactivas y los estímulos asociados a su consumo, por ejemplo el lugar donde consume, las personas con las que consume, la musica que escucha cuando conume, adquieren cada vez más importancia motivacional y conductual.

Mediante procesos de aprendizaje asociativo, la motivación para consumir sustancias psicoactivas puede ser activada intensamente por estímulos (ambientes, personas, objetos) asociados al consumo de la sustancia, causando así el intenso deseo que puede vencer a la persona y hacer que vuelva a consumir la sustancia, incluso tras largos períodos de abstinencia.

martes, agosto 10, 2010

Los 7 personajes del 2006 que marcaron Guayaquil. Diciembre, 2006 | Diario Expreso

Fernando Cornejo y Paula Vernimmen. Los médicos premiados en Argentina

El campo de la medicina se anotó un gol con la investigación realizada por los médicos ecuatorianos Fernando Cornejo y Paula Vernimmen, quienes obtuvieron en octubre de este año el premio Braulio Moyano de Psiquiatría biológica en Argentina, por una investigación sobre tratamiento farmacológico y evolución clínica en pacientes con esquizofrenia en el hospital José Borda de Buenos Aires.
El estudio realizado entre marzo y septiembre de este año, desmostró que los fármacos tradicionales o clásicos son igual de eficaces que los más modernos, y además, económicos.
Aclaran los investigadores que esto no significa que la terapéutica moderna no deba ser utilizada, sino que se debe trabajar con medicina basada en la evidencia.
Confiesan que fue difícil hacer investigación sin subvención económica por parte de institución alguna. Y que este reconocimiento no ha cambiado sus vidas, pues continúan trabajando en sus procesos de docencia, investigación y asistencia.
Fernando Cornejo nació en Quito hace 27 años, estudió Psiquiatría en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y viajó a Argentina para realizar una especialización y maestría en Neuropsicofarmacología.
Paula Vernimmen, guayaquileña de 28 años, doctora en medicina por la Universidad Católica de Guayaquil, viajó a Argentina para realizar un posgrado. Labora en el hospital Borda y en la Red de Socorro Médico Privado.

La obsesión por el cuerpo: vigorexia.


Hombres y mujeres parecen necesitar ser mirados y aprobados por el otro: ya sea en su casa, en el trabajo, con los amigos, en la tele: no importa dónde, el cuerpo es siempre el principal protagonista. El problema es que esta exigencia cotidiana puede llevar a que las personas tomen medidas cada vez más extremas que curiosamente se vuelven comunes en sociedades como la nuestra.

La excesiva práctica de actividad física, unida o no a la utilización de medicamentos con el objetivo de potenciar el rendimiento físico, puede dar lugar a la vigorexia o dismorfia muscular. Este es un trastorno que agrede la esfera psíquica además de la conducta alimentaria y que afecta a los hombres cuya obsesión es lograr un cuerpo “indestructible”, que engloba la fantasía de éxito y poder. La vigorexia es considerada un tipo de adicción “no tóxica”, también llamada “adicción sin droga”, ya que condiciona sus demás conductas y se ve reflejada en problemas con sus relaciones familiares, sociales y laborales, debido a una conducta adictiva.

Generalmente, el que sufre de esta patología, ve su figura como muy pequeña, frágil o débil, a pesar de que en realidad es lo contrario. Busca entonces un desarrollo de sus músculos y en este intento pueden aparecer distintas patologías físicas, tales como las lesiones de músculos, tendones o huesos. Existe también una desproporción entre diferentes partes del cuerpo, entre el tronco y la cabeza o el tronco y las extremidades inferiores y también problemas de su salud mental, tales como ansiedad o depresión.

Constituye el extremo opuesto de la anorexia, la cual es más común en mujeres, donde el cuerpo se percibe como demasiado voluminoso y se llegan a alcanzar figuras esqueléticas poniendo muchas veces en riesgo la vida de la persona. El factor común de ambas patologías es el error en la percepción de la realidad, esto significa que no ven lo que hay en el espejo ya que su mente les dice otra cosa y su conducta está condicionada a eso.

Es vital el aporte de la familia y amigos para detectar que hay un problema, en esa persona que pasa horas en el gimnasio muchas veces dejando de hacer cosas importantes tales como comer, asistir a reuniones familiares o a su trabajo, y que busca la aprobación social, preguntando una o mil veces a los demás cómo se ve y siempre opina que debe seguir trabajando uno que otro músculo, esto puede acompañar la ingesta de sustancias que potencializan su rendimiento físico, como esteroides y anabolizantes, que tienen un sinnúmero de efectos adversos, complicando y poniendo en riesgo la salud de esa persona.

En este momento se vuelve fundamental la asistencia y contención de un médico especialista en el tema de adicciones y junto al apoyo de sus redes familiares y sociales, se logra superar este problema.

El tratamiento consiste básicamente en que el sujeto haga un registro cognitivo de su conducta y de sus pensamientos, para que de esta forma concientice los efectos que tienen en su vida diaria, es ahí cuando se le pueden dar pautas de comportamiento, tales como reducir paulatinamente el número de horas que asiste al gimnasio. Y para tratar los casos en que el paciente percibe de manera distinta la realidad; es decir que en el espejo se ve flaco, débil, cuando en la vida real, es lo contrario, ya que tiene los músculos hipertrofiados, entonces es necesaria la administración de psicofármacos y el seguimiento con su médico especialista.

En el mejor de los casos, el paciente logra recuperarse haciendo un tratamiento intenso en cuatro meses, sin embargo, es importantísimo el seguimiento mínimo de seis meses, ya que para este tipo de adicciones podría ser que nuevamente recurran al problema si no tienen la asesoría médica de un especialista. Adicionalmente, tanto la familia, como los amigos se vuelven un apoyo muy importante en este tiempo, donde la aceptación y el cariño es primordial para llevar adelante su vida de manera íntegra y saludable.

Articulo publicado en el Diario El Comercio

Cuando la tecnología se vuelve un vicio

 MCT Ilustraciones
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Andrea Rodríguez Burbano
tecnología@elcomercio.com
Reportaje de la semana domingo 08/08/2010 
 
 
Perdió el semestre de la universidad por dedicarse a los juegos de video. Jugaba desde la noche hasta la madrugada y dormía hasta el mediodía.

Aníbal lo hizo rutina. Desplazó sus obligaciones académicas a un segundo plano.

Su apego a los juegos afectó sus relaciones familiares, sociales y sus estudios universitarios.

Habla de la soledad que sintió cuando sus amigos ya no querían quedarse jugando con él y de las amistades virtuales que forjó cuando jugaba en Internet y en las clásicas consolas.

“Solo pensaba en qué nivel me había quedado o en las imágenes qué aparecerían en el juego en línea. Ya no asistía a las reuniones familiares”.

Le costó reconocer ante un especialista, al que acudió ante la insistencia de su familia, que los videojuegos ocupaban la mayor parte de su tiempo.

“Ahora es esporádico, prefiero no jugar. De todos modos sé que es una actividad recreativa y con amigos. No le dedico más de una hora a la semana y solo si es que no hay otro plan”.

Esta adicción a los videojuegos está incluida en el trastorno de control de los impulsos.

Paula Vernimmen Aguirre, médica psiquiatra, especialista en adicciones, define estos trastornos como la pérdida de control sobre la propia conducta en el uso del Internet, por ejemplo.

Algunos síntomas son el deseo irrefrenable de conectarse todo el tiempo y el deterioro de las relaciones sociales.

Son personas que pasan horas frente a la computadora, en la consola de videojuegos, sin poder desprenderse de las redes sociales, los mensajes instantáneos, las salas de chat.

“Duermen poco y mal y algunos postergan la hora del almuerzo y la cena. Otros prefieren comer frente al teclado que en la mesa familiar”.

Lo importante es saber cuando el deseo por jugar o por conectarse a la Red es difícil de controlar. Cristóbal, analista de sistemas, perdió el control desde el momento en que decidió prolongar sus horas de trabajo frente a la computadora.

“Aparte de tener que estar en las computadoras por motivos de trabajo, me metía en foros de todo tipo: deportivos, políticos, de música. Creaba nombres ficticios a veces en un mismo foro. Para participar empleaba cuatro nombres y a veces discutía conmigo mismo”.

Se obsesionó con los que no estaban de acuerdo con él y los consideraba enemigos.

Llegó al extremo de investigar la vida de quienes consideraba le atacaban en los foros virtuales.

“Me quedaba despierto hasta de tarde pensando en cómo podía responder los mensajes”.

La mayoría de sus colegas viven con la tecnología y no son dependientes. “Yo fui desarrollando esa enfermedad”.

Necesitó la ayuda de un psiquiatra y se sometió a todo el tratamiento. No cambió de profesión. Su reto es cumplir con su trabajo y no permanecer más tiempo conectado.

“No importa cuanto tiempo estoy en la máquina sino cómo utilizo ese tiempo. Sé que lucharé toda mi vida contra esto”.

Paula Vernimmen advierte que el tratamiento para las personas con adicción a la tecnología no contempla el uso de medicamentos. La especialista pide a sus pacientes que elaboren un registro escrito de cuánto tiempo dedicaron a navegar, a chatear, a jugar en línea y qué dejaron de hacer por mantenerse tanto tiempo conectados.

Este registro lo lee en presencia del paciente. El propósito es que asuma que tiene dificultades para desligarse de su actividad.

No solo tiene que reconocer el problema, también es crucial que identifique qué factores influyen en el uso no controlado de Internet. El reto es reaprender a realizar un uso moderado.